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Superados algunos planteamientos erróneos que se hicieron al inicio, de la enseñanza de segundas lenguas (L2) a inmigrantes, actualmente se admite que la competencia oral en una lengua dada es previa e imprescindible para desarrollar una competencia escrita en esa misma lengua. En este trabajo se reflexiona acerca del proceso de alfabetización en una L2 y de los modelos más convenientes para llevarlo a cabo.
Para muchos niños y jóvenes inmigrantes el aprendizaje de una nueva lengua se extiende más allá del dominio de una competencia comunicativa general. Por estar escolarizados, necesitan aprender también, la lengua con la que se transmite el currículum y se regulan la práctica educativa. Es así como, para los niveles de educación obligatoria podemos hablar del español o de la L2 como lengua de instrucción (Li) Este concepto abarca cuatro ámbitos diferentes: el discurso del profesor, el currículum escolar, el uso de las diferentes destrezas en el aula y el tratamiento de los contenidos curriculares.
Generalmente cuando se habla de enseñanza de segundas lenguas a inmigrantes se entiende que el objetivo de dicha actividad consiste en que el estudiante alcance una adecuada competencia comunicativa general en la L2 para emplearla en situaciones variadas de la vida cotidiana. Sin embargo, como trabajadores o potenciales trabajadores, parte de los integrantes de este grupo social necesitarán un aprendizaje específico de la lengua relacionado con el mundo del trabajo, lo que para la enseñanza de nuestra lengua podríamos denominar español con fines laborales (EFL).
Para muchos niños y jóvenes extranjeros escolarizados en nuestro sistema educativo el aprendizaje del español como segunda lengua se orienta a cubrir una doble finalidad comunicativa. Por una parte, sirve para actuar autónomamente en situaciones variadas de la vida cotidiana y, por otra, para completar su proceso formativo en los niveles en los que se encuentren escolarizados. Pero en los contextos educativos se produce un uso específico de la lengua diferente al de otras situaciones. Así la lengua aquí sirve para transmitir y acceder al currículum, para organizar y participar en las actividades de clase... Se puede hablar entonces del español como lengua de instrucción (ELI) para dar cuenta de dichos usos (Villalba y Hernández, 2004a) Este trabajo pretende ser una aproximación parcial al desarrollo de dicho concepto, en la medida en que se centra en el análisis de uno de los componentes de toda práctica educativa: las explicaciones del profesor.

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